Walter Black lo tiene todo, una mujer maravillosa y dos hijos fantásticos. Pero, desde hace unos meses, ha perdido la ilusión por vivir, además de toda esperanza por encontrar algo que valga la pena. Sumido en una gran depresión toma la decisión de abandonar su hogar durante algún tiempo. Pasado éste, regresa y lo hace de mejor humor, el secreto de este radical cambio es una marioneta con forma de castor que encontró en un contenedor de basura. Aunque a priori parezca una tontería, este castor permite que Walter se comunique más estrechamente con los demás, le facilita expresar sus sentimientos y liberar así su corazón. Pero esta terapia que en principio parece positiva, no lo será tanto cuando se vuelva en su contra, al descubrir que depende completamente del muñeco y que no puede hacer nada sin su ayuda. De este modo, su esposa e hijos tratarán de hacer todo lo que esté en sus manos por recuperar a su marido.