Ion vivía en Berlín. Ion vivía con su novia Marta. Ion tenía dos cámaras, una de 16 mm y otra de vídeo. Y Ion, con ellas, retrataba su pequeño universo: su cuarto, sus compañeros de piso, su novia, un bar, sus tatuajes, y muchas calles. Hasta que un día, Marta dejó a Ion. Los mismos espacios, pero sin ella, la misma casa, ahora vacía.